Tan solo menos de un año en un lugar de Medellín “Chuscalito”, con esa primera cita, sabíamos que íbamos a tener una bonita amistad, que iniciaría con una atracción hermosa y que con el tiempo se fue transformando en construirnos mutuamente y ser los mejores amigos, aliados, parceros, amantes, novios, pareja, equipo y mil cosas que aún nos faltan.
Muy rápidamente nos fuimos a vivir juntos y nuestra mente explotó de mil cosas nuevas y llenas de aventuras. Esto ha sido un viaje que recién inicia y junto con Nicolás ha trascendido a la experiencia más hermosa y significativa.
La conexión que tenemos es brutal, desde lo físico (nos gustamos, chorreamos la baba uno por el otro) esta conexión es mágica y es una decisión de amarnos y cuidarnos día a día.
Llevábamos poco cuando le dije, Dios te tenía para mi… y tuvimos que pasar por mil cosas pero aquí estamos (acá uno con sus caprichos), es que no estamos chiquitos o tan jóvenes jeje.
El me hace reír con sus ocurrencias a diario, con ese cambio de acento que hace, con esas nalgadas inesperadas jajaja, cuida mi corazón y el de mi hijo que ya hace parte de él también, amo su esencia, sus locuras, que le encante el campo, que sea tan cercano y tan feliz, amo que sea tan familiar, ese ser íntegro como pocos hombres hoy en día.
También amo sus rabietas jajaja, extrañamente me gusta que es tan diferente, él maneja su ritmo en muchas cosas cuando yo soy tan planeada, tolera mis locuras y mi mundo de mil colores, cree en mis sueños, y se monta en el bus conmigo, cree en mi, baila como nadie en el mundo. Él me hizo creer en el amor de nuevo, en un hogar. Ahhh comer nos encanta, y verlo cantar en karaoke ummm uff soy afortunada.
Y lo principal, tiene a Dios en su corazón y todos los días trata de ser mejor para él, para el mismo y para nosotros, su hogar.
Conocer a Aleja ha sido conocer la mujer más inspiradora y determinada que haya visto en mi vida. Aleja fue una extraña aparición, hace muchos años, cuando la vi por primera vez, de lejos, así divina y radiante como es ella, se me pasaron los mejores pensamientos por la cabeza, “ehh yo ahí me caso”, pero esa pequeña llama fue solo un suspiro y nuestras vidas, en ese entonces, estaban para otras cosas. Pero Dios nunca se equivoca, y te vuelve a mostrar las personas en los momentos que son.
Elegí a Aleja como compañera de vida porque es un ser maravilloso, una mujer de Dios, una mujer que se conoce, que sabe qué quiere y qué no, que se llena la vida y se hace feliz con los más sencillos momentos, que disfruta cada instante, que brilla en sus quehaceres y se entrega con alma y cuerpo a su familia, a su Nico extraordinario y a mí, sin negar una sola gota de amor hasta en los momentos más difíciles.
Elijo a Aleja porque cada día es amor sin medida, es aventura, es pasión por progresar, es vivir para ser mejor, transformarse y entregar lo mejor de sí para el Mundo. Elijo a Aleja que me complementa en todo y me hace sentir una paz increíble y una felicidad con propósito, porque me acerca y me reta a ser mi mejor versión y me ha hecho trascender a un mejor Sebas para ella, para Nico, y para quienes me conocen.
Te amo infinito, amor de mi vida!